Historia de Nuestra Señora de Guadalupe 

NUESTRA SEÑORA CAMBIÓ A NORTE AMÉRICA Y ESTÁ CAMBIANDO A NUESTRA DIÓCESIS TAMBIEN 

Hace casi 500 años, un pobre campesino vestido con un simple manto se encontró con una realidad celestial en las colinas de México, cambiando la vida de millones de personas para siempre.

Cuando Juan Diego, un nativo azteca y convertido al cristianismo, salió una mañana de diciembre de 1531 hacia su clase de catecismo, escuchó una voz que lo llamaba por su nombre. Subió la colina Tepeyac y se encontró con la mujer más hermosa que había visto: Nuestra Señora de Guadalupe.

Ella se presentó como una madre que habla con ternura a sus hijos, vestida con atuendos aztecas y hablando el idioma nativo. Eligió a Juan Diego para pedir que se construyera una iglesia en su honor en la misma colina donde se encontraban.

Esta fue la primera de cinco apariciones (cuatro a Juan Diego y una a su tío), todas las cuales llevaron a la revelación de la imagen milagrosa de Nuestra Señora en la tilma y la eventual construcción de la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe en la actual Ciudad de México.

Millones de peregrinos han acudido a su imagen en los últimos 500 años, conduciendo a más de 9 millones de conversiones, haciendo a Nuestra Señora de Guadalupe la mayor evangelizadora de las Américas. Es una madre para cado uno de nosotros y un gran ejemplo durante esta jornada de evangelización de siete años.

“No hay amor como el de una madre. Una madre que cuida con ternura, que se anticipa a nuestras necesidades, que nos guía en el camino y que es un lugar seguro donde aterrizar en todos los altibajos de la vida. En la Diócesis de Phoenix tenemos una magnífica patrona, Nuestra Señora de Guadalupe, que es esta madre para cada uno de nosotros.”- Obispo Dolan