El Sínodo de Jóvenes Adultos de la Diócesis de Phoenix.

Nuestro Sínodo de Jóvenes Adultos, planeado como parte del Primer Año del Plan Pastoral Diocesano de 7 años, TILMA, tiene un propósito triple:
Primero:
Fomentar una cultura de evangelización que involucre a los jóvenes adultos en temas relevantes, y luego trabajar con ellos para involucrar a otros en los años venideros;
Segundo:
Responder de manera práctica e impactante a dos de las diez “esperanzas” que el Papa Francisco ha expresado para este Año Jubilar, a saber:
- Esperanza de apertura a la vida y paternidad responsable
- Esperanza para los jóvenes y los adultos jóvenes
Tercero:
Iniciar un proceso más deliberado de evangelización en las parroquias, comenzando con los jóvenes, incluyendo a aquellos que se han alejado de la Iglesia y a quienes se consideran “en los márgenes” o “sin afiliación religiosa.”

Este programa es posible, en parte, gracias a una subvención de “Vital Worship, Vital Preaching” del Calvin Institute of Christian Worship, en Grand Rapids, Michigan, con fondos proporcionados por la Lilly Endowment Inc.
Preguntas Frecuentes
Un Sínodo es una reunión de los fieles para escuchar lo que el Espíritu Santo le está diciendo a la Iglesia y lo que le pide ser y hacer. Esta reunión puede involucrar a los fieles de diferentes maneras: pastores con laicos, obispos con otros ministerios ordenados, el papa con los obispos, etc.
El Papa Francisco lo llama “un ejercicio de escucha mutua, llevado a cabo en todos los niveles de la Iglesia e involucrando a todo el Pueblo de Dios” (Papa Francisco, 18 de septiembre de 2021). Implica encuentro, escucha y discernimiento de los espíritus.
La palabra sínodo proviene del griego synodos, que significa “caminar juntos”. Ofrece una imagen de la Iglesia como un pueblo peregrino, que crece y se desarrolla en un viaje de fe; una imagen muy diferente de la Iglesia como una institución estática. Una Iglesia sinodal expresa la visión del Concilio Vaticano II de lo que la Iglesia está llamada a ser: el Pueblo de Dios en el que todos los bautizados comparten la misma dignidad, y la distinción esencial entre laicos, clérigos, obispos, etc., es una diferencia de vocación y rol, no de superioridad.
Los sínodos han tomado muchas formas en la historia de la Iglesia y actualmente se practican en todos los niveles: desde reuniones del Consejo Pastoral parroquial hasta Sínodos Diocesanos, desde Consejos Provinciales hasta Consejos Plenarios, desde asambleas hasta el Sínodo de los Obispos y Concilios Ecuménicos en los que los obispos de todo el mundo se reúnen en Roma con el Papa. La práctica de reunirse para escuchar al Espíritu es tan antigua como la Iglesia misma, como se muestra en el “Concilio” de Jerusalén descrito en Hechos de los Apóstoles 15. Los mecanismos de tipo sinodal (escucha, diálogo, discernimiento, deliberación) siempre se han utilizado en monasterios y casas religiosas al tomar decisiones. Los cónclaves, cuando los cardenales se reúnen para elegir al nuevo papa, son un evento sinodal.
El Papa Francisco ha buscado desde el inicio de su pontificado revitalizar y reconfigurar el Sínodo de los Obispos para que sea más un ejercicio de escucha y discernimiento. Desde su elección en 2013, ha estado enseñando a la Iglesia sobre la sinodalidad y animándonos a convertirnos en una Iglesia más sinodal en todos los niveles. En un importante discurso el 17 de octubre de 2015, dijo que el camino de la sinodalidad es lo que Dios espera de la Iglesia en el tercer milenio.
¿Qué no es un Sínodo?
Un Sínodo no es un parlamento, una convención ni una encuesta de opinión, como ha enfatizado el Papa Francisco. Aunque incluye elementos como escuchar, hablar y votar, no es un proceso político o democrático, sino un evento eclesial y espiritual guiado por el Espíritu Santo. No busca imponer decisiones por mayoría ni representar intereses particulares, sino discernir la voluntad de Dios para la Iglesia a través de la escucha mutua y la oración.
La sinodalidad es un estilo, una cultura, una forma de pensar y ser que refleja la verdad de que la Iglesia es guiada por el Espíritu Santo, quien permite que todos ofrezcan su propia contribución a la vida de la Iglesia. Este proceso sinodal busca “fortalecer la cooperación” en todas las áreas de la misión de la Iglesia, para mejorar la comunión, la participación y la misión.
Aunque “la sinodalidad es una expresión de la naturaleza de la Iglesia, su forma, estilo y misión” (Papa Francisco, 18 de septiembre de 2021), la Iglesia de nuestros días carece del hábito y la práctica de la sinodalidad. Esto es lo que el Papa Francisco nos invita a examinar y discernir para el futuro.
La sinodalidad también se refleja en un estilo de gobierno sinodal, en el que las personas participan en la toma de decisiones, comparten la responsabilidad por la misión de la Iglesia y cooperan y colaboran más en la vida cotidiana de la Iglesia. Algunos lo llaman “corresponsabilidad”. La Iglesia no es ni una monarquía ni una democracia. El Papa Francisco ha dejado claro que el sínodo no es un parlamento, ni una convención, ni una encuesta de opinión. Aunque tiene muchos elementos familiares a los procesos políticos y similares –escuchar, hablar, votar–, lo que diferencia a un Sínodo es que es un proceso espiritual que tiene lugar dentro de la Iglesia. “El Sínodo es un evento eclesial, y su protagonista es el Espíritu Santo. Si el Espíritu no está presente, no habrá Sínodo” (Papa Francisco, 09 de octubre de 2021).
El Papa Francisco ha enfatizado en varias ocasiones la necesidad de que el Sínodo involucre a todos y llegue al mayor número de personas posible. “Todos tienen un papel que desempeñar; nadie es un mero extra… El Sínodo es para todos, y está destinado a incluir a todos… Que todos entren… el Espíritu Santo nos necesita. Escúchenlo escuchándose unos a otros. No dejen a nadie atrás o excluido.” (Papa Francisco, 18 de septiembre de 2021).
Él subraya “una implicación real por parte de todos y cada uno” y “una forma de actuar marcada por una verdadera participación… Permitir que todos participen es un deber eclesial esencial. ¡Todos los bautizados, porque el bautismo es nuestra tarjeta de identidad!” (Papa Francisco, 09 de octubre de 2021).
El “Sínodo de Adultos Jóvenes” de la Diócesis de Phoenix incluirá Sesiones de Escucha Sinodal a las que todos los adultos jóvenes bautizados (de 18 a 39 años) están explícitamente invitados a participar, especialmente dentro de sus comunidades locales; nadie está excluido. El Documento Preparatorio del Sínodo y el Vademecum también han destacado la importancia de llegar a los pobres, a aquellos que tienen menos voz. Esto también aplica a las parroquias, que deben asegurarse de que las personas que normalmente no asisten a las reuniones puedan ser escuchadas.
Dado que esta forma de proceder no es la habitual en la Iglesia, el Papa Francisco es claro al decir que implica un cambio o conversión. “En este sentido, hemos dado algunos pasos adelante, pero persiste cierta dificultad, y debemos reconocer la frustración e impaciencia que sienten muchos trabajadores pastorales, miembros de los órganos consultivos diocesanos y parroquiales, y las mujeres, que con frecuencia quedan al margen.” (Papa Francisco, 09 de octubre de 2021).
El clericalismo representa un obstáculo para la participación; tal actitud de rigidez y superioridad impide reconocer la misión de cada bautizado en la Iglesia. “Uno de los males de la Iglesia, de hecho una perversión, es el clericalismo que separa a los sacerdotes y obispos de la gente, convirtiéndolos en funcionarios, no en pastores. No puede haber discriminación en nombre de Dios. La discriminación es un pecado también entre nosotros, siempre que empezamos a decir: ‘Nosotros somos los puros, los elegidos, pertenecemos a este movimiento que lo sabe todo, nosotros somos…’ ¡No! Somos la Iglesia, todos juntos.” (Papa Francisco, 18 de septiembre de 2021).
“Ser una Iglesia sinodal significa ser una Iglesia que es el sacramento de la promesa de Cristo de que el Espíritu siempre estará con nosotros.” (Papa Francisco, 18 de septiembre de 2021).
Convertirse en una Iglesia sinodal transforma a la Iglesia de manera más auténtica. Para el Papa Francisco, este cambio requiere una conversión de mentalidad y cultura, y conlleva ajustes estructurales. Lo describe como “avanzar estructuralmente hacia una Iglesia sinodal, una plaza abierta donde todos puedan sentirse en casa y participar” (Papa Francisco, 09 de octubre de 2021).
El Papa describe este proceso de convertirse en una Iglesia sinodal como una oportunidad para convertirse en una “Iglesia que escucha” y una Iglesia de “cercanía, compasión y amor tierno”, que refleja mejor el “estilo de Dios”. (Papa Francisco, 09 de octubre de 2021).
No. El propósito no es simplemente recopilar las opiniones individuales de todos, sino escuchar lo que el Espíritu Santo nos quiere decir a través de nuestras oraciones y reflexiones. Escucharnos unos a otros es muy importante. El Papa Francisco ha dicho que durante la reunión del Sínodo de los Obispos: “Escuchamos, discutimos en grupos, pero sobre todo prestamos atención a lo que el Espíritu tiene que decirnos.”
Este discernimiento no es una actividad que se realiza en aislamiento. La escucha mutua y la reflexión son esenciales, ya que lo que se propone nace de la unidad y convicción que brotan de la práctica vivida de la fe dentro de la comunidad.
El proceso de discernimiento espiritual requiere la participación de todos. La Iglesia pide que todos estén abiertos al Espíritu Santo, para discernir hacia dónde está siendo guiada la Iglesia local dentro de su propio contexto. La Iglesia también pide a los obispos que escuchen atentamente las opiniones de los fieles, y a los fieles que respeten el papel auténtico del obispo como aquel que gobierna la Iglesia local y promueve la comunión.
El discernimiento siempre está orientado hacia la misión de la Iglesia universal, que camina continuamente hacia Cristo, el Camino, la Verdad y la Vida, quien llama a su pueblo a una unidad de propósito.
El Papa Francisco dice: “Lo que se discute en las reuniones sinodales no son las verdades tradicionales de la doctrina cristiana. El Sínodo se ocupa principalmente de cómo la enseñanza puede vivirse y aplicarse en los contextos cambiantes de nuestro tiempo.” Por lo tanto, se pueden plantear todos los temas, pero es importante comprender que no todos formarán parte del diálogo continuo.
El proceso sinodal no es un debate democrático. Es un espacio de escucha mutua respetuosa y de experiencia del llamado del Espíritu Santo a moverse de maneras nuevas. Nuevamente, el Papa lo expresa con claridad: “Otra tentación que a menudo confunde es tratar el sínodo como una especie de parlamento basado en una ‘lucha política’, en la que para gobernar uno debe derrotar al otro… esto va en contra del espíritu del sínodo como un espacio protegido de discernimiento comunitario.”
Lo que hará el proceso sinodal es incorporar en todos los niveles de la Iglesia una nueva forma de escuchar y de discernir para actuar, que se mantenga fiel a las verdades recibidas pero que las exprese dentro del contexto de un momento particular.
La Diócesis de Phoenix está llevando a cabo actualmente un Sínodo de Jóvenes Adultos. Los jóvenes adultos serán invitados a participar y compartir sus experiencias y aportes para lograr una mayor comprensión de los temas relacionados con la vida, la familia, el matrimonio, los hijos y las relaciones.
Se están organizando eventos que se llevarán a cabo desde finales de agosto hasta finales de noviembre, donde los jóvenes adultos podrán reunirse para orar, discernir y reflexionar. Publicaremos los eventos locales en el sitio web de la Diócesis de Phoenix y en sus canales de redes sociales.
En octubre de 2024, el Obispo Dolan escribió a la Diócesis de Phoenix una Carta Pastoral titulada “TILMA,” inspirada en el acrónimo Testifica, oh Iglesia, a la Luz del Misterio del Amor. Mirando a Nuestra Señora de Guadalupe, patrona de la Diócesis de Phoenix, el obispo ha creado un plan pastoral de siete años enfocado en la evangelización, que culminará en diciembre de 2031, el 500º aniversario de la aparición de Nuestra Señora de Guadalupe a San Juan Diego en el Cerro del Tepeyac, en la actual Ciudad de México. En este Plan Pastoral, el obispo propuso la idea de realizar un Sínodo de Jóvenes Adultos en 2025.
El Sínodo de Jóvenes Adultos comenzará el 12 de abril con un servicio de oración y una capacitación para los líderes sinodales jóvenes. Estos líderes facilitarán luego sesiones de escucha sinodal en parroquias y otros lugares de la Diócesis de Phoenix desde finales de agosto hasta finales de noviembre. Posteriormente, el Obispo Dolan convocará un Sínodo Diocesano a inicios de 2026 para recibir los resultados de las aportaciones de los jóvenes adultos y discernir los pasos concretos que apoyarán el esfuerzo de evangelización en la diócesis.
